La BEF como semillero de nuevos mandos.

Acostumbrados a la desastrosa campaña de 1940, uno de los aspectos que suele pasar «por debajo del radar» es que la penetración alemana y posterior cerco de las mejores tropas aliadas en Bélgica y el norte de Francia, y la posterior retirada de estas por mar desde Dunkerque, tuvo como protagonistas a jefes que después destacarían durante la guerra, sobre todo por parte del Ejército británico, que al no firmar armisticio alguno y seguir en la lucha, ofreció a muchos de ellos la posibilidad de seguir ocupando puestos de responsabilidad. Vamos a dedicar pues algo de tiempo a hacer un recorrido, aunque breve, por estos personajes, indicando qué puesto ocupaban en la BEF y a dónde les llevaron sus carreras.

Hay que decir que el primero de la lista, el general John Standish Surtees Prendergast Vereker, 6.º Vizconde de Gort, más conocido como Lord Gort, fue el menos afortunado de todos. Comandante en jefe de la fuerza expedicionaria, fue él quien, a la postre, tomó la difícil decisión de iniciar y ejecutar la retirada abandonando a sus aliados, y sobre su carrera siempre pesó el «what if» se hubiera quedado.

Tras la retirada, Gort, a la izquierda, ocupó el puesto de inspector de entrenamiento de la Home Guard y fue ayudante de campo de rey, hasta que se le nombró gobernador de Malta, en 1942, justo en los compases finales del asedio. Se hallaba en Valletta cuando se firmó la rendición italiana. Posteriormente fue nombrado alto comisionado para Palestina. Sin duda fue un hombre que viajó de un avispero a otro. Junto a él se encuentra su jefe de Estado Mayor, sir Henry Royds Pownall, quien tras volver de Francia fue inspector general de la Home Guard, comandante de las tropas británicas en Irlanda del Norte y segundo al mando del Estado Mayor General Imperial. En 1942 su carrera abandonó de nuevo las islas, pues fue enviado a oriente como comandante de las fuerzas británicas en el sudeste de Asia, jefe de Estado Mayor de sir Archibald Wavel en el malogrado ABDACOM (cuartel general que reunió las fuerzas americanas, británicas, holandesas y australianas durante los primeros compases de la ofensiva japonesa en el Pacífico sur), y jefe de las tropas desplegadas en Persia e Irak. Acabó su carrera como jefe de Estado Mayor del almirante Mountbatten en el sudeste de Asia.

Otro de los personajes importantes de aquella BEF fue sir Philip Neame, quien ocupó el puesto de segundo de Pownall, a cargo de las secciones de operaciones y personal. Tras el reembarque fue enviado de inmediato al Próximo Oriente, donde fue puesto al mando de la 4.ª División india primero y de las fuerzas británicas en Palestina y Transjordania después.

Sir Philip Neame, by Walter Stoneman, August 1947 - NPG x162977 - © National Portrait Gallery, London

Tras la espectacular ofensiva británica en Egipto y Cirenaica que destrozó al ejército italiano  de Graziani, Neame fue puesto al mando del CYRCOM, el mando de Cirenaica que debía defender la región mientras las mejores tropas eran enviadas a Grecia. Desgraciadamente, tuvo que enfrentarse a Rommel y, en la debacle, fue capturado, junto con el general O’Connor, cerca de Derna. Estuvo en un campo de prisioneros italiano hasta la rendición de dicho país, y llegó a Inglaterra en diciembre de 1943 para pasar a la lista de «disponibles». No volvió a ejercer mando alguno. Tras la guerra iba a ocupar cargos más bien honoríficos, como el de gobernador de la isla de Guernsey.

Finalmente, antes de que en futuras entradas nos dediquemos a los jefes de cuerpo y división más interesantes, vamos a citar a Alan Francis Brooke, 3.er Vizconde Alanbrooke, quien llegó a Francia al mando del II Cuerpo de Ejército, pero dirigiría toda la fuerza en los últimos y críticos momentos de la retirada.

El hombre que, en abril de 1940, se estaba haciendo pintar un retrato, parecía saber que estaba llamado a ocupar los más altos puestos del escalafón militar británico. Tras la retirada fue, brevemente, jefe del Southern Command, y luego jefe de las fuerzas de defensa contra una eventual invasión alemana. En diciembre de 1941, una vez que hubo pasado el peligro, sucedió a sir John Dill como jefe del Estado Mayor General imperial, donde tendría que lidiar con el propio Churchill, ya que su cargo implicaba su presencia como representante de las fuerzas de tierra en el Comité de Jefes de Estado Mayor. En marzo de 1942 asumió, además, el puesto de presidente del mismo.

Si ya eran muchas responsabilidades, en 1942, tras la entrada en guerra de los Estados Unidos, pasó a formar parte, también, del Estado Mayor Combinado formado por ambos países, desde donde tuvo una influencia fundamental en el desarrollo de la guerra, aunque fue un firme defensor del escenario del Mediterráneo en detrimento de la invasión de Europa propugnada por los estadounidenses, y destinó a dicho sector a muchos de los que habían combatido con él en Francia en 1940, como veremos más adelante.

2 comentarios en «La BEF como semillero de nuevos mandos.»

  1. Interesante serie. Los británicos muchas veces se equivocaban al elegir a sus mandos pero no perdonaban que fueran derrotados. Pasaban a «disponibles»

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  2. A título anecdótico, Phillip Neame es la unica persona a fecha de hoy que ha ganado una medalla y la Cruz Victoria.

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