Para cierta historiografía el navío de línea y su uso táctico configuró una doctrina naval desarrollada por los anglosajones y copiada por el resto de marinas secundarias en el siglo XVIII.
Este desarrollo viene propiciado por una innovación técnica como consecuencia de unos conocimientos científicos que dan lugar al desarrollo tecnológico de un armamento, al igual que el arco y la flecha revolucionó el combate a pie, el cañón varió el arte de la guerra naval; al menos su uso embarcado queda documentado desde el siglo XIV, y durante el siguiente fue un elemento más (si bien no el principal), para en el XVI pasar a ser elemento común y esencial del alistamiento de cualquier flota o armada (1).
Si en el XVIII la doctrina naval determinaba el combate al cañón en formaciones rígidas en evolución sin llegar al abordaje; el uso del poder naval intimidatorio y coercitivo, como se hizo contra Carlos III cuando era rey de Nápoles, o el bombardeo de fortalezas en asedios, como la toma de la Habana en 1762, o el apoyo por el fuego a fuerzas de tierra, tal como se usó en la toma de Panzacola por Bernardo de Gálvez; y si tenemos en cuenta que el diseño técnico del cañón fue invariable (2) desde el XVI al XVIII, si bien el hierro copó el lugar del bronce (3), ¿cómo se pudo tardar tres siglos en llegar al supuesto uso correcto de tácticas navales favorecidas por el cañón?
Para los ingleses el correcto uso del combate naval a distancia quedó oficializado en las instrucciones publicadas en 1653 y escritas por el almirante inglés Blake en el contexto de la primera guerra anglo-holandesa, ahora bien si en estas batallas se intentaba llegar en línea o en varias columnas, lo que sí es cierto es que al final terminaban en unas “melés” terribles y al abordaje; extraoficialmente el uso del combate a distancia fue usado durante la campaña de la Armada de 1588 por la flota de Howard (2).
Para los holandeses su implantación viene como el aprendizaje obtenido en los combates navales menores contra los españoles y por las batallas del Zuiderzee (11 octubre de 1573) y de Bergen op Zoom (29 de enero de 1574), si bien terminan en “melé” y al abordaje.
Otro ejemplo de uso táctico naval en asedio de fortaleza, a manos de los ingleses, ocurrió en noviembre de 1580 en la bahía de Smerwick (Irlanda), cuando la flota al mando del almirante William Winter atacó a los invasores papales asediados en la fortaleza denominada Castillo del Oro, su resultado fue la rendición de estos (4).
Pero ¿pudo ocurrir que las bases de esta doctrina fuesen innovadas en otras latitudes?
En julio de 1497, por orden del rey Manuel I de Portugal y continuando el proyecto de su padre, salía una flotilla al mando de Vasco de Gama formada por la nao “El Ángel San Gabriel” de 120 toneladas como almiranta y la San Rafael de 100 toneladas, además de una carabela de 50 denominada Berrio, más otra nao de avituallamiento de unas 200 toneladas de Aires Correa. Las naos iban armadas con lombardas (entre dos y cuatro) en la cubierta baja y de seis a diez falconetes en la cubierta del puente, de los cuales dos irían por la popa (guardatimones), además de otra cantidad de versos de bordas (en horquillas) repartidos entre el alcázar y el castillo.
Una vez doblado el cabo de Buena Esperanza, llegaron a la bahía de San Blas, donde se programaba una aguada y avituallamiento, en principio los indígenas los recibieron con buenos tratos y realizaron algunos intercambios comerciales; pero en los siguientes días el ánimo se fue modificando y en uno de los desembarcos fueron sometidos a presión, con lo cual los portugueses regresaron a sus naves, y con objeto de disuadirlos les dispararon “dos tiros de bronce”, con lo que los agresores huyeron a la carrera. Después de este suceso Vasco de Gama continuó su derrota prevista. Este es un ejemplo del uso táctico intimidatorio de la artillería naval.
En marzo de 1497 llegaron al puerto de Mozambique donde pretendían hacer aguada, pero la actitud de los moradores no era la más halagüeña, así que se hizo un desembarco con los bateles de las naos, y justo en el momento de llegar a tierra se realizó fuego desde las naos, disparándose tres tiros de lombarda, con lo que los indígenas que defendían el punto de aguada se pusieron en fuga; a continuación los “negros” desafiaron a las fuerzas portuguesas y Vasco tomó la decisión de armar los bateles con los versos y acercarse a la línea de costa, con lo que comenzaron un bombardeo de una empalizada que defendía el pueblo, poniendo en huida a los defensores, la distancia de disparo fue a “un tiro de honda”, es decir no más de 100 metros. Ejemplo de ataque a una fortaleza.
A mediados de abril arriban al puerto de Melinde, en él estaban surtas cuatro naves indias con tripulaciones cristianas, a las cuales se acercaron. Por desconfianza del almirante (5) portugués no desembarcaron y los tratos con el rey de Melinde se hicieron por intermediarios, de modo que se concertó una entrevista en mitad de la rada del puerto, donde en un punto Vasco de Gama con sus bateles (6) engalanados esperó al mandatario y este se acercó en una almadía escoltada por otras, en el momento del encuentro las naves portuguesas hicieron salva de cañón a modo de bienvenida y a ellas respondieron las lombardas de las naves indias. Un uso ceremonial de la artillería.
El 19 de abril, Vasco acompañado de Nicolás Coello realizará un reconocimiento de la costa y rada de Melinde, para ello armará sus bateles con artillería ligera (versos) y hombres armados con ballestas y arcabuces. A 23 de abril zarparán con dirección a la India.
A veinte de mayo de 1498 llegan a las costas de Malabar, puerto de Calicut (Calcuta). Después de la buena recepción los mercaderes árabes conspiraron con el gobernador de Calcuta, éste intentó engañar a su rey, no obstante dando audiencia a Vasco de Gama el soberano se convenció de la voluntad de mercadear. Aun así el gobernador arrestó a Gama, y después de unas negociaciones, gracias a un moro amigo, pudo canjearse por siete de los suyos. Cuando llegó a sus navíos y tuvo ocasión, tomó a 25 nativos como rehenes y los cambió por lo suyos pero no devolvió a todos, así que cuando levaron ancla fueron perseguidos por 70 “tones” (7) grandes “cargados de gente de guerra, con los cuales pensó el Rey de Calicut tomarlos; y viéndolo venir, mandoles tirar con la artillería: y si no tirasen muy a menudo, ellos llegaran a los nuestros, y los metieron en trabajo, porque anduvieron obra de hora y media en alcance de ellos, y por un aguacero que sobrevino, que por fuerza echó a los nuestros a la mar, los dejaron los enemigo, y se fueron …”. Probablemente una descripción clara de encuentro naval al cañón contra una armada que pretendía abordar. Esto sucedió el jueves 31 de agosto de 1498.
Antonio Luis Gómez Beltrán es autor de «La Invencible y su Leyenda Negra»
Creo que la historiografía universal debería reconocer, al menos en “sensu stricto” de la referencia escrita, que la innovación naval táctica en las naves mancas nació de un pensamiento latino en la península Ibérica, a mano de unos grandes exploradores y navegantes portugueses y no en el septentrión europeo.
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(1). En el concepto español del XVI la “flota” era una agrupación de naves mercantes y la “armada” agrupación de naves de guerras.
(2). Para más información del cañón naval puede consultar PARTE IV. De la aplicación de la técnica. “La Invencible y su leyenda negra. Del fracaso inglés en la derrota de la Armada Española”.
(3). Por el valor de un cañón de bronce se podían fabricarse tres de hierro. Los cañones de bronce siempre fueron de mejor calidad.
(4). La fortaleza fue atacada simultáneamente por tierra y por mar.
(5). En realidad el título era de Capitán General.
(6). El batel es la embarcación auxiliar de las naves con propulsión mixta a vela y remos. Bien se llevaba a remolque por popa o en el combés (parte central) del barco.
(7). Embarcación parecida a la fusta mediterránea de la familia que la galera.