Operación Barbarroja – La derrota de Alemania en el Este. David Stahel

Ediciones Salamina acaba de publicar, por fin, el primer volumen de la pentalogía de David Stahel sobre la invasión de la Unión Soviética en 1941, todo un clásico que ya podemos disfrutar en su totalidad en español.

Operación Barbarroja – David Stahel

El 3 de febrero de 1941, Hitler organizó una importante conferencia militar con motivo de los preparativos para la Operación Barbarroja –la inminente invasión de la Unión Soviética por parte de la Alemania nazi. Aunque Hitler estaba resuelto a aplastar a la Unión Soviética en una breve campaña de verano, ésta habría de convertirse en un gigantesco choque entre dos imperios despiadados que daría lugar a la mayor y más costosa guerra de la historia de la Humanidad. Hitler era tan consciente de la gran magnitud del conflicto y de las trascendentales consecuencias que produciría, incluso con la modalidad breve que había concebido, que a la concusión de la conferencia dijo de forma inquietante: «cuando Barbarroja comience, el mundo contendrá su aliento». No se trataba de otro típico arrebato rimbombante de la arrogancia desenfrenada del Führer. En un discurso pronunciado por radio a la nación el día de la invasión (22 de junio de 1941), el primer ministro británico, Winston Churchill, dijo a su pueblo:

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Desperta Ferro Historia Moderna N.º 21: Rusia 1812 (I)

La campaña de Napoleón en Rusia ha sido posiblemente una de las más comparadas de la historia, precisamente con otra campaña rusa, la de Hitler, cuyo final fue aparentemente similar: derrotados por el invierno ruso, los invasores tuvieron que retroceder primero y que huir finalmente, derrotados por completo, primero por el zar Alejandro I, y luego por Stalin. No son las únicas similitudes. Puede decirse que ambos “emperadores” eran agresores que querían llevar los territorios que dominaban más allá de la megalomanía; que en ambos casos surgió el mito de la Patria Rusa, invadida injustamente y, finalmente, que ambo habían sido aliados antes de la guerra, entre otras muchas posibilidades.

Sin embargo, quedarse en estos tópicos es conocer poco la campaña Napoleónica de 1812. Es cierto que desde la paz de Tilsit, en 1807, el imperio ruso y el francés eran aliados. Tras el fasto de los encuentros, tras los desfiles y los banquetes, quedaba un acuerdo secreto por el que, entre otras cosas, Rusia se comprometía a apoyar el bloqueo continental francés contra el Reino Unido en caso de fracasar una eventual mediación a favor de la paz, que no llego a buen puerto. Sin embargo, los años siguientes dieron paso a la desilusión y a la desconfianza. Francia mantenía el Gran Ducado de Varsovia, que aunque gobernado por el rey de Sajonia, era una daga que amenazaba a Rusia, y el bloqueo estaba resultando mucho más dañino para el bloqueador oriental que para las islas asediadas, y todo ello llevó a un nuevo aumento de la tensión que, finalmente, significaría la guerra.

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