Hoy traemos otra colección de fotografías de las fuerzas soviéticas en Afgnistán.
Las imágenes pertenecen en su gran mayoría a colecciones privadas de los soldados que participaron en la contienda.
Hoy traemos otra colección de fotografías de las fuerzas soviéticas en Afgnistán.
Las imágenes pertenecen en su gran mayoría a colecciones privadas de los soldados que participaron en la contienda.
Traemos hoy una colección de fotos de tropas rusas en combate en Chechenia en la década de 1990.
Jóvenes de apenas 18 años lanzados a una guerra en una tierra difícil con un enemigo formidable. Se luchó en invienro, con mucho frío y en una guerra de escaramuzas y emboscadas en las que el adversario podía ocultarse en cualquier parte. Si eran capturados sufrían torturas y amputación de miembros. Un lema checheno era: «Os desollaremos como a ovejas».
Posibles respuestas de un país y sus aliados.
En estas opciones hemos tomado como ejemplo el ataque nuclear a cualquier nación, si bien, se puede dar el caso que esta tenga entre sus posible respuesta el uso de armas nucleares. Para las que no lo tengan, las respuestas posibles estarían englobadas dentro de los puntos 1 a 3; entre los países que poseen armas nucleares de diferentes poder, incluimos el apartado 4. En todas ella mencionamos las ventajas y desventajas que las diferentes opciones presentan, desde una perspectiva moral y política (Auerswald, 2006).
Respuesta de los países.
Una vez que hemos visto las opciones de los grupos terroristas (especialmente la poca efectividad que tienen las bombas sucias) y su nulo acceso a un arma nuclear convencional, no por ello podemos dormirnos en los “laureles” y veremos qué estrategia global están llevando a cabo los países occidentales (los más amenazados y con mayores recursos) para defenderse y que dividen en tres ideas de actuación: en primer lugar se trata de impedir que los terroristas consigan armas nucleares, o en su defecto, material fisionable suficiente para construir un IND. Si lo consiguen, la estrategia se basa en impedir que los terroristas sean capaces de adquirir todos los elementos necesarios (que como hemos visto son muchos y complicados) así como evitar que algún día puedan los terroristas en llevar el “arma” hasta su objetivo a destruir. Si todo esto no se puede evitar, se trabaja en todo momento desde una vertiente multidisciplinar en, por un lado, hacer ver en todo momento a los terroristas que no habrá ningún beneficio para ellos si llevan a cabo el ataque nuclear, y sí una respuesta de calado (que más adelante veremos cuáles pueden ser) para el grupo en su conjunto, y todos sus aliados.[1]
Nos trae hoy Pablo García Sánchez este artículo a la sección de descargas del Gehm.
La piratería es un fenómeno que parece algo pasado perteneciente a otro siglo. Si hablamos de piratas a la mayoría de la gente le viene a la cabeza la imagen de grandes barcos con las velas al viento, acechando en el Caribe la oportunidad de asaltar un galeón español para conseguir hacerse con oro y riquezas. Viene a la mente la imagen de los piratas de las películas: aventureros y ladrones, acompañados de un loro y dispuestos a desafiar a la ley para posteriormente enterrar el botín en alguna isla secreta. En el ideario colectivo queda esa imagen de una vida de aventuras y correrías en búsqueda de riquezas y tesoros escondidos. Esta imagen podría adaptarse a los piratas y corsarios de los siglos XVI y XVII, sin embargo la piratería hoy en día sigue existiendo y sigue suponiendo una grave amenaza para la seguridad de los mares.
Ponemos un nuevo artículo de Esaú Rodríguez en la sección de descargas de nuestra biblioteca.
Este trabajo es fruto de la amistad con un sencillo señor que regenta una librería con su mujer, y de cómo cambió mi perspectiva de éste cuando le oí hablar de su experiencia en Nicaragua en el programa “Gaspar, Misionero y Comandante Sandinista” realizado por la Radio Televisión Asturiana en 2008.
Y es que desde los años 90 del siglo anterior se ha venido produciendo un nuevo resurgir del oficio de mercenario. Se les comenzó a ver de nuevo en enfrentamientos civiles o étnicos en países con estados débiles, especialmente en África, en conflictos como los de Angola o Sierra Leona.
Sin embargo su verdadero auge se ha producido especialmente a raíz de las guerras de Afganistán e Irak. Estas compañías normalmente están formadas por antiguos militares y veteranos de las Fuerzas Especiales, con sobrada experiencia en operaciones y normalmente con conocimiento del terreno donde trabajan, lo que las ha convertido en elementos presentes actualmente en todos los conflictos y situaciones posbélicas, siendo sus clientes muy variados: desde países desarrollados, a empresas privadas, personas particulares o incluso la propia ONU. Sus servicios han llegado a convertirse en imprescindibles en muchas operaciones, llevando a cabo numerosas funciones como escolta de personalidades, protección de convoyes o vigilancia de bases o infraestructuras de importancia (como por ejemplo embajadas o plantas petrolíferas).