Serbia 1914. La segunda derrota austríaca.

                Tras la ofensiva austríaca de primeros de agosto, los serbios decidieron lanzar su propio contragolpe. Los combates por Sabac habían comenzado el 14 y continuarán hasta el 26. Frente a un enemigo que se refuerza constantemente, los serbios atacan una y otra vez, con suma fiereza, para liberarla. Cuando por fin lo consigan, la ciudad estará en ruinas. Ese mismo día, y con el fin de ayudar a sus aliados rusos, el 1.er Ejército Serbio desencadenará un ataque para evitar que el 2.Armee austríaco acabe de trasladarse hacia Galizia.

El cañonero Bodrog, sobre el río Save. Las flotillas fluviales austríacas también jugaron su papel.

                Aproximadamente una semana más tarde, entre el 5 y el 6 de septiembre,  los combates son rabiosos en la región de Sirmia. Todo comienza con el cruce del Save, los serbios avanzan con vigor, pero la munición de las unidades que han cruzado el río se agota, y las tropas austro-húngaras contraatacan antes de que los ingenieros hayan terminado de construir los puentes que reforzarán a los agresores y al final sufren numerosas bajas, entre otras cosas, a causa de los hombres que se ahogan cruzando de nuevo el río en dirección sur. Por mucho que la ofensiva parecía prometer, han sido incapaces de conquistar Surcin, la principal localidad de la zona, aunque si conquistan Zemun. El 13, los serbios contabilizan más de 6000 muertos, frente a 2000 enemigos, y suspenden el ataque.

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Serbia 1914, el pequeño país que prendió la mecha.

 

Si, históricamente, Serbia había entrado en escena el 28 de junio de 1914 con ocasión del asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, luego, el pequeño país balcánico, encajado entre los grandes gigantes europeos, parece desvanecerse. La batalla de las fronteras, la invasión de Bélgica, el Marne, Tannemberg y los lagos masurianos, incluso la ofensiva de Galizia ganan relevancia, y pocos son los que parecen fijarse de nuevo en el pequeño país balcánico, cuya capital se halla, al otro lado del Danubio, a apenas unos pocos cientos de metros de la frontera Austro-Húngara.

Tropas serbias en la isla de Ada Ciganlija, al oeste de Belgrado. Dado que hubo muchos movimientos en torno a la capital, es difícil decir exactamente cuando se tomó esta imagen, aunque los austríacos no parecen estar muy cerca.

Precisamente por la cercanía de su capital y por sus larguísimas fronteras (tanto con el imperio como con Bulgaria), el Voivoda Radomir Putnik, Jefe de Estado Mayor del príncipe regente Alejandro I y comandante efectivo de los ejércitos serbios, ha decidido no presentar batalla sobre estas, sino desplegar sus fuerzas más hacia el interior, aprovechando los cauces fluviales como línea defensivas, con la intención de contraatacar en caso de ser posible.

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