Italia rompe el Eje (I): El último fracaso de Mussolini

El 11 de junio de 1943, tras un intensísimo bombardeo que había durado días, las tropas aliadas desembarcaron en la isla de Pantelaria, defendida por una guarnición de 12 000 soldados italianos que, totalmente superados por los acontecimientos, habían recibido permiso de Roma para rendirse aquella misma mañana. Menos de un mes después, en la noche del 9 al 10 de julio, el espectáculo comenzó de nuevo, pero a mucha mayor escala. Si el objetivo de la Operación Corkscrew había sido una isla diminuta en el Mediterráneo central, el de la Operación Husky era la propia Sicilia. En apenas veinticuatro horas los aliados habían conseguido varias cabezas de playa viables en la isla, a pesar de la fuerte resistencia alemana, pero gracias a la pobre actuación de los combatientes italianos.

Benito Mussolini en una de sus poses heroicas. Para 1943, las cosas habían cambiado mucho.

 “La gravedad de la situación se ha agudizado –rezaba el informe del Oberbefehlshaber Süd (“Mando Supremo del Sur”) del 12 de julio– […]. Las fuerzas italianas en la zona atacada se han perdido por completo”. Las bajas italianas, empero, no se contaban en muertos y heridos, sino en prisioneros y desertores. Hartos de una guerra que nunca habían querido ni apoyado, tras ser masacrados en Rusia, sufrir en el desierto africano y combatir con mandos poco eficaces y excesivamente elitistas y con un armamento y unas tácticas en muchos aspectos desfasados, los combatientes del Regio Essercito decidieron, sin concierto previo alguno, que estaban hartos de guerra. En pocas horas, miles de ellos o bien se habían entregado a los aliados anglosajones o, simplemente, tras conseguir ropas de civil, se habían marchado a sus casas.  

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U.S. Paratroopers, el entrenamiento de una unidad de élite (VI)

Miércoles, 31 de mayo de 1944, el gran día está a punto de llegar y los paracaidistas abandonan Aldbourne rumbo a la que será su última base en suelo inglés antes de la invasión: Upottery, a quince kilómetros de la costa sur de Inglaterra. Han pasado casi dos años desde que los hombres llegaron a Camp Toccoa para empezar su entrenamiento en agosto de 1942. En aquel momento los alemanes avanzaban a toda prisa hacia el Cáucaso y, en el norte de África, Rommel se hallaba ante El Alamein, a las puertas de Alejandría.

La primera unidad paracaidista estadounidense que saltó sobre el enemigo fue el 2.º Batallón del 509.º Regimiento, que voló directamente desde Inglaterra para lanzarse cerca de Orán.

Los hombres partieron hacia Fort Benning en diciembre del mismo año, poco después de que los ejércitos norteamericanos entraran efectivamente en guerra tras haber desembarcado en el Marruecos y Argelia; en el frente ruso los alemanes habían sido cercados en Stalingrado. Para abril, cuando los paracaidistas estaban en Camp Mackall, la guerra en África iba bien, pero las ofensivas rusas de invierno habían sido contenidas. Podría decirse que la guerra se había ralentizado.

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