Italia, 1915-1918. El frente del Isonzo (IV): la primera batalla

La Primera Batalla del Isonzo (23/6 a 7/7 de 1915)

El 23 de junio de 1915 terminó la fase de avance italiana y, tal y como había sucedido en Francia en 1914 –salvando las distancias, por supuesto–, el frente se fijó. A continuación, apenas sin transición alguna, comenzó la que sería llamada primera batalla del Isonzo.

Soldados austro-húngaros en una trinchera del frente.
Soldados austro-húngaros en una trinchera del frente.

Ese mismo día 23 el general Cadorna, al mando de las fuerzas italianas, ordenó, desde su cuartel general en Udine, que se iniciara el bombardeo preparatorio de artillería. Para ello había reunido alrededor de 700 bocas de fuego, sin embargo, muy pocas eran de calibre pesado y a pesar de durar una semana, el resultado no iba a ser el esperado. Cuando callaron los cañones, 200 000 italianos, pertenecientes a los ejércitos Segundo y Tercero, se lanzaron al asalto. Enfrente, el general Boroevic tan solo tenía la mitad de estos efectivos, pero sus tropas estaban perfectamente posicionadas y atrincheradas, circunstancia que anuló el potencial italiano.

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Igual que sucedería durante la Durante la Segunda Guerra Mundial, también durante la primera se acusó a los soldados italianos de ser de mala calidad, y una de las pruebas que se presentaron para confirmar esta afirmación fue el desastre de Caporetto, del que hablaremos al final de esta serie. Sin embargo, como veremos en próximas entradas, el soldado italiano iba a combatir con gran valor, y a menudo el problema fundamental fue la falta de calidad de los oficiales; aunque no siempre, como demostró, también durante el desastre de Caporetto, la ordenada retirada del Tercer Ejército.

Alpini (tropas de montaña) en 1914. Fueron una de las unidades de élite del Ejército italiano.
Alpini (tropas de montaña) en 1914. Fueron una de las unidades de élite del Ejército italiano.

Dicho esto, hay más factores que debilitaron la cohesión y la capacidad de las tropas italianas. Para empezar, y como ya mencionamos en su momento, que eran un país muy reciente, poco más de cuarenta años de existencia, por lo que los políticos de la época decidieron emplear el reclutamiento y el paso de los hombres por las Fuerzas Armadas como “escuela para una educación nacionalista”. Para ello, cada Regimiento se formaba con reclutas de dos regiones distintas, y era enviado a entrenarse a una tercera. Esto planteó un problema inesperado, y es que lejos de hablar un italiano culto, como sin duda hablaban los oficiales y los políticos, los reclutas trajeron las formas lingüísticas de sus lugares de origen, que en aquel momento eran lo suficientemente diferentes como para plantear auténticos problemas de comunicación a la vez que remarcaban las diferencias que había tanto entre los componentes de la unidad como entre los miembros de esta y la población civil de la región en que se establecía.

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