El nacimiento de la Kriegsmarine (IV): Mucho ruido y pocas nueces.

 

Karl Dönitz empezó a desarrollar los principios que tendrían que guiar tanto la guerra submarina como el entrenamiento de las tripulaciones a partir del momento en que fue nombrado Führer der U-Boote (comandante en jefe de la flota submarina). Resulta llamativo que, dado que en aquellos años no se preveía aún una guerra naval contra Gran Bretaña, los principios que desarrolló nada tendrían que ver con la realidad posterior y otros oficiales descartaron la idea de atacar el tráfico comercial enemigo para centrarse en sus buques de guerra y en sus transportes de tropas, sobre todo en el Mediterráneo.

El U-37, del tipo IX, abandonando la base de Lorient, en Francia.

Este escenario, sumado a la idea, que si prosperaría, de que era mejor que los submarinos atacaran en masa, llevó a Dönitz a recomendar la construcción de naves de largo alcance de 750 toneladas de desplazamiento. Sin oponerse a este planteamiento, otros mandos superiores recomendaron, por su parte, que también sería bueno construir submarinos más grandes y poderosos para poder operar con ellos en el Mediterráneo oriental… o en el Atlántico. Tras muchos debates, en octubre de 1936 el almirante Raeder acordó que se seguirían ambas vías, y ordenó la construcción de siete submarinos del tipo VII (los favorecidos por Dönitz), y cuatro, más grandes, del tipo IX.

Leer más

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies