El ejército que cruzó el Rin (V)

Habíamos dejado a nuestros franceses tratando de abrirse paso  por entre los troncos abatidos que cubrían los caminos del Bienwald, tal vez con la impresión de que la defensa alemana se estaba debilitando. Esta última parte del testimonio del oficial de la Legión Extranjera nos cuenta como fue el avance nocturno que siguió.

Un puesto de mando en el Bienwald. La densidad de los árboles lo convertía en un lugar poco recomendable para combatir.
Un puesto de mando en el Bienwald. La densidad de los árboles lo convertía en un lugar poco recomendable para combatir.

“Nos comunican por radio que las secciones Mertens y Beauchamp van a desplazarse más hacia el oeste, donde parece ser que las tropas americanas habrían conseguido una penetración importante de la línea Sigfrido. Oímos como ruge la batalla, delante de nosotros, en dirección a Kapsweyer y Schaidt. El piper-cub nos señala que una importante columna enemiga se retira hacia la casa forestal de Langenberg. Los goumiers del coronel Leblanc, que progresan por el bosque, ya no son recibidos a tiros. ¿Será verdad que en nuestro sector el enemigo se está retirando?

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El ejército que cruzó el Rin (III)

El bosque de Bienwald iba a ser, como todos los bosques, una auténtica ordalía para las unidades francesas, que tras una larga reconstrucción militar de cuatro años estaban llevando la guerra por fin a Alemania. Primero hubo que conquistar definitivamente la localidad de Scheibenhard, y luego establecer los medios para que cruzaran los blindados: un puente Treadway (básicamente dos listones de acero por los que pueden cruzar, con gran cuidado, los jeeps y los coches de mando), y luego algo más sólido, para que los carros de combate también puedan cruzar el Lauter. Finalmente, y tras diversos sinsabores, incluyendo el derrumbe del primer puente, la ofensiva prosigue. Como decíamos, los pueblecitos que jalonan el Rin son una cosa fácil, pero el bosque no.

Blocao alemán en el bosque de Bienwald.
Blocao alemán en el bosque de Bienwald.

“El 2.º Pelotón avanza hacia el claro de Büchelberg –nos cuenta el diario del 6.º Regimiento de cazadores argelinos–. Se encuentra con un foso anticarro y árboles derribados, mientras un fuego violento se abate sobre los hombres. Pronto entra acción un arma contracarro. Finalmente, la progresión tiene que detenerse y al anochecer la unidad regresa a Neulauterbourg”.

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