Una bandera en el Reichstag (crónicas de Subbotin VII)

“La bandera de la victoria”, nos cuenta Vassili Subbotin en sus artículos, traducidos y editados por Tony le Tissier, “sobre el Reichstag, fue izada por Yegorov y Kantara. Pero hubo otras banderas que se alzaron sobre el edificio. Voy a hablaros de dos valientes que no pertenecían al batallón de Neustroyev, como Kantara y Yegorov, sino de batallón de Vassili Davydov. Voy a hablaros de la bandera que trajeron e izaron sobre el Reichstag”.

Photo
Ingenieros soviéticos en la orilla del Spree.

“Estaban solos. Los tiroteos los habían aislado del resto. Se arrodillaron bajo el puente, cubiertos por el dique del Spree, que no era muy alto. No estaba lejos del Reichstag. Podían ver las enormes columnas y las escaleras de la entrada principal. Pero no podían avanzar. Tampoco podían alzar la cabeza. Los alemanes estaban disparando desde los pisos superiores del edificio y nuestros soldados se mantenían tumbados, a cubiertos en zanjas y detrás de montones de asfalto excavado-«.

Leer más

En un lugar llamado Küstrin (XI). El final.

“En la mañana del 29 de marzo se repitió el ataque aéreo. Lo siguió una preparación de artillería. Desde mi puesto de observación, pude ver como los proyectiles pesados eran disparados a bocajarro contra los blocaos y los refugios que el enemigo había acondicionado en los diques. Era impresionante. Las explosiones arrojaban grandes trozos de piedra y troncos hacia las alturas. A las 8.30 horas, nuestros grupos de asalto desembarcaron sobre la isla. Diez minutos más tarde oímos el tableteo de las ametralladoras y de otras armas automáticas, y las explosiones de las granadas y los Panzerfaust”.

Soldados del Volkssturm, en el frente del Oder

Así narró Georgii Zhukov el asalto a las últimas posiciones alemanas en Küstrin, donde los hombres de Reinefarth iban a resistir a lo largo de toda la jornada antes de escapar. Mientras, en la ciudad vieja, los 135 hombres del Volkssturm que no habían conseguido escapar antes de la voladura de los puentes, se habían refugiado en el extremo norte de la península.

Leer más

En un lugar llamado Küstrin (VIII). fin III/1945. Planes definitivos.

Tras el fracaso del contraataque destinado a reabrir el corredor, la fortaleza de Küstrin se vio sometida a un cerco cada vez más estrecho y terrible. Su destino había quedado sellado. Podría decirse que el primer acto del fin tuvo lugar durante la noche del 26 al 27 de marzo, cuando el 303.er Batallón de Fusileros, que defendía Neu Bleyen con un cañón de flak de 88 mm y tres piezas de artillería autopropulsada, abandonó la posición y se retiró hasta Kuhrbrücken Vorstadt, que estaba siendo atacada por los soviéticos desde Neu Bleyen.

Vasily Chuikov. Esta fotografía corresponda a su etapa como jefe del 62.º Ejército.

A partir del 28, la propia fortaleza se vio sometida a un intenso ataque de cazabombarderos, que se intensificó al día siguiente. Sin embargo, se trataba de un objetivo difícil, el propio general Chuikov escribió sobre este objetivo:

Leer más

Un ferrocarril en Irak para ganar una guerra naval

 

Cuando en 1906 los británicos decidieron poner en servicio el HMS Dreadnought es posible que fueran conscientes del hecho, fundamental en la historia contemporánea, de que con la aparición de este buque de guerra todas las flotas del mundo quedaban definitivamente igualadas, a cero, pues la aparición de este acorazado monocalibre, es decir, cuyas piezas principales eran todas iguales (10 de 305 mm, en cinco torre de dos tubos, en este caso), convirtió automáticamente en obsoletos a todos los demás acorazados del mundo. A partir de ese momento, el potencial naval de una flota iba a medirse en “dreadnoughts”.

El HMS Dreadnought
El HMS Dreadnought

Así, no es extraño que una potencia recién unificada como Alemania, que había llegado tarde a la carrera colonial y que era muy consciente de que la única forma eficaz, en aquella época, de proyectar su poder en el globo, era una flota poderosa, empezara a dedicar sus esfuerzos a construirla. Tampoco llama la atención que los británicos se preocuparan ante el crecimiento exponencial del poder marítimo de un país que, industrialmente, estaba empezando a superarlos. ¿Peligraban sus colonias?

Leer más

12 de Julio, en algún momento del día. Berlín se Queda a Ciegas.

 

VIENA. El Conde Berchtold, furioso por las filtraciones conocidas el día anterior, acusa a los alemanes de haber comprometido su estrategia de actuación por sorpresa, y cierra todos los canales de comunicación con Berlín. A partir de ahora los alemanes ya no van a estar más informados de los contenidos del ultimátum que los países de la entente.

San Guiliano, Ministro italiano de Asuntos Exteriores, quien el día interior había enviado información sensible a sus legaciones en dos capitales enemigas.

Leer más

5 de Julio – Por la Mañana. Los Embajadores se Reúnen, el Mensaje del Emperador.

BERLIN Embajada Austríaca.

El embajador Szögyényi se reúne con el enviado Alexander Hoyos, quien le explica cuál es su misión y le hace entrega tanto del Informe Matscheko como de la carta personal del Emperador Francisco José.

Berlin, en 1914, cuando todavía era una ciudad pacífica.

Explicado el primero en la entrada de ayer, vamos a centrarnos ahora un poco en el segundo. Se trata, ante todo, de una carta personal, de monarca a monarca, y aunque este texto es un poco más directo, también resulta llamativa por su falta de concreción. Tras indicar que el asesinato no ha sido obra de un solo individuo sino parte de una conspiración bien organizada, y que Austria-Hungría solo estará a salvo tras la neutralización de Serbia como potencia, termina diciendo, es importante recordarlo, que: “Usted también estará convencido de que tras los terribles acontecimientos recientemente ocurridos en Bosnia ya no puede hablarse más de tender puentes mediante la conciliación para acercar las diferencias que nos separan de Serbia, y de que la política de mantenimiento de la paz seguida por todos los monarcas europeos estará en jaque mientras este nido de agitación criminal que es Belgrado siga sin recibir su castigo”. Tampoco aquí se habla pues de guerra.

De hecho, ninguno de los dos documentos cita medidas concretas, ni objetivos, ni solicita oficialmente la ayuda alemana, lo que nos lleva a plantearnos una pregunta muy concreta: ¿Querían realmente la guerra los austríacos?

¿Quieres opinar sobre esta noticia? Debate: El Desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial

Viene de: 5 de Julio, a primera hora: El Conde Hoyos Llega a Berlín

Sigue en: 5 de Julio, mediodía: Almuerzo con el Kaiser

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies