Los combates de Dinamarca. 1940, parte III

En la entrada anterior explicamos como la 11. Schützen-Brigade (Mot) y la170. Infanterie Division cruzaban la frontera para rodar a toda prisa hacia el norte mientras elementos de la 198. Infanterie Division desembarcaban en Middelfart y, sobre todo, en Copenhague, cuya ciudadela consiguieron ocupar con un golpe de mano, capturando en el proceso a las tropas de la guardia que allí se encontraban.

El acorazado Schleswig Holstein fue el buque más importante que participó en esta campaña.
El acorazado Schleswig Holstein fue el buque más importante que participó en esta campaña.

Entretanto, el embajador Renthe-Fink, cumpliendo las instrucciones enviadas desde Berlín por medio del general Himer, informó al gobierno danés de que estaban siendo invadidos y de que si no se decidían a capitular la ciudad sería bombardeada hasta quedar arrasada. Se trataba de una afirmación muy acorde a las teorías imperantes antes de la guerra, formuladas fundamentalmente por el italiano Giulio Douhet, que afirmaban que las guerras podrían ser ganadas aplicando la fuerza aérea en masa sobre el territorio enemigo. A tenor de lo que iba a pasar en Rotterdam en mayo, hay que pensar, además, que los alemanes hablaban muy en serio.

Desde Hamburgo, donde se hallaba el Cuartel General del XXXI Armeekorps del general Von Falkenhorst, a cargo de la invasión de Dinamarca y Noruega, se siguió el proceso de negociación prácticamente minuto a minuto, ya que durante mas o menos una hora las comunicaciones telefónicas entre ambos países siguieron funcionando, hasta que, repentinamente, la legación alemana quedó en silencio. Si el acontecimiento parecía ominoso, la realidad no lo era pues, a las 7.20 horas aproximadamente, el gobierno danés decidió rendirse a los alemanes. A partir de entonces ya solo había dos cosas que resolver: qué haría el Ejército danés y, sobre todo, controlar al rey.

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En lo que a los acontecimientos militares, las 7.30 fue una hora crucial para la invasión, en la que sucedieron diversos acontecimientos. En Aalborg, en el extremo norte del país, un pelotón de paracaidistas saltó sobre los aeródromos y, aplicando una táctica que luego emplearían en Holanda a gran escala, poco después aterrizó un batallón de la 198. Infanterie Division con el objetivo de asegurar la posición. Hay que indicar que la importancia de estos aeródromos no estaba directamente relacionada con el ataque a Dinamarca, sino que, volviendo a la importancia de dicho país en el eje norte-sur que mencionábamos en la primera de las entradas de esta serie, era vital para las operaciones sobre Noruega, pues era la base desde las que inicialmente operaría la Luftwaffe.

Habíamos mencionado en su momento los desembarcos en Korsor y Nyborg. Esta misión fue encomendada al Grupo 7, cuya fuerza de infantería, un batallón muy reforzado de la198. Infanterie División formado por 1990 hombres, había zarpado de Kiel durante la madrugada. En camino, la fuerza naval se dividió en dos subgrupos. Uno, formado por el viejo acorazado Schleswig-Holstein y dos mercantes, se dirigió a Korsor, pero antes del amanecer el acorazado embarrancó en un banco de arena del Gran Belt y solo las tropas que iban a bordo de los mercantes llegaron a tierra en el momento previsto. La otra fuerza, formada por un torpedero y dos minadores, llevó tropas a Nyborg, donde también desembarcaron sin problemas. Eran, una vez más, las 7.30 de la mañana.

Aviones de transporte Ju.52 sobrevolando Dinamarca.
Aviones de transporte Ju.52 sobrevolando Dinamarca.

Simultáneamente tuvo lugar otra acción militar relevante. También de madrugada, otro batallón de la 198. Infanterie Division había cruzado desde Warnemunde a Gedser a bordo de un ferri para ferrocarriles, y desembarcado en la isla de Falster, una de las más meridionales del archipiélago danés. Posteriormente habían cruzado la isla de sur a norte y, justo a las 7.30, en coordinación con el asalto aéreo de un batallón paracaidista, tomaron Vordingborg, en el extremo meridional de la isla de Selandia.

Si nos damos cuenta, esta maniobra dejaba plenamente accesible la capital danesa, sita en la antedicha Selandia, ya que se podía acceder a ella desde el continente tanto desde el sur, por Gedser y Vordingborg, como desde el oeste, cruzando a Fionia por Middelfart y cruzando el Gran Belt por Nyborg y Korsor. Así, aunque hubiera fracasado el asalto a Copenhague, el destino del país estaba sellado.

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