La batalla de Santa Cruz (XII). Dogfight.

Hay algunos problemas para especificar el momento preciso en que los japoneses hicieron despegar su segundo grupo de ataque, en parte debido a que durante el bombardeo del Zuhio el personal de apoyo había arrojado bombas y torpedos por la borda, a fin de evitar una nueva catástrofe como la de Midway. Lo que sí podemos afirmar es que a las 8.10 horas el Shokaku había lanzado varios Zero (entre ocho y cinco, según las fuentes) y una escuadrilla de bombarderos en picado Val (diecinueve o veinte aparatos). También que media hora después el Zuikaku lanzó catorce (puede que dieciséis) torpederos Kate escoltados por cuatro Zero, pero para entonces los aviones del Shokaku ya se habían marchado. También a esa hora, el Hornet aproaba al viento para lanzar su segunda oleada de ataque, con nueve SBD Dauntless, nueve TBF Avenger armados con bombas en vez de torpedos y ocho F4F Wildcat, de los que uno tuvo que volver casi de inmediato. Con ellos marchó el Avenger, desarmado, del capitán de fragata Rodee, para evaluar el ataque.

Photo #: 80-G-182252  Pearl Harbor Attack, 7 December 1941
Un Zero embarcando, despegando del Akagi en la mañana del 7 de diciembre de 1941. Un año después, estos aparatos seguían siendo los reyes del aire.

Con las escuadrillas de ambas flotas dirigiéndose hacia el enemigo, era inevitable que las unidades aéreas de ambos bandos se cruzaran. A las 8.40 horas, el teniente Saneyasu Hidaka, que comanda una escuadrilla de 9 Zero del Zuhio integrada en el primer grupo de ataque nipón, vio como el cielo se llenaba de puntitos. Eran los norteamericanos, y aunque su misión era escoltar a los bombarderos y a los torpederos, el deseo de vengar a su herido portaaviones pudo más que la prudencia e inició la maniobra de ataque.

El capitán de corbeta Jimmy Flatley había decidido dividir los ocho Wildcat de escolta de la primera escuadrilla de ataque del Enterprise en dos grupos, uno a estribor y otro a babor de los tres bombarderos en picado y ocho torpederos a los que tenía que proteger. Para mantenerse cerca de los aparatos escoltados, más lentos, los cazas tenían que volar efectuando zig-zags, de modo que, como en aquel momento, cuando los cuatro de estribor (bajo el mando directo de Flatley) se alejaban, los cuatro de babor se acercaban a la formación escoltada. Confiados porque aún se hallaban cerca de sus portaaviones muchos de los Wildcat llevaban las armas sin cargar y la radio apagada. Grave error.

F4F Wildcat
Wildcat en formación.

Repentinamente, los Zero de Hidaka, con el sol a la espalda, picaron sobre los desprevenidos torpederos norteamericanos. Casi de inmediato, el avión del capitán de corbeta Collett se precipitó en llamas hacia el mar, seguido de inmediato por otro de los Avenger. Solo dos hombres, uno de cada avión, escaparían al violento impacto contra el agua, para ser capturados después. Mientras, los aviones de Hidaka no se han mantenido ociosos y otros dos torpederos habían recibido daños de consideración y habían tenido que dar la vuelta. Ninguno de los dos iba a aguantar los daños hasta llegar al Enterprise, y tendrían que amerizar, aunque en este caso todos los tripulantes fueron recuperados.

El teniente de navío John Leppla, al mando de los cuatro Wildcat de babor, supo de inmediato que nueve Zero eran mucho para su exigua escuadrilla, pero no se arredró ni un segundo y se lanzó al ataque con sus tres compañeros. Aquella valentía le costó la vida pues los nipones reaccionaron con viveza y poco después su avión y otros dos caían en llamas hacia el Pacífico. Él perdió la vida y los otros dos pilotos, si bien sobrevivieron al amerizaje, fueron capturados junto con los tripulantes de los torpederos. El cuarto caza norteamericano, también fue blanco de las ametralladoras de los de Hidaka, pero consiguió escapar y, dañado y renqueante, volver al Enterprise.

En aquel momento el saldo estadounidense era aterrador, pero a su vez los Wildcat creían haber conseguido derribar dos cazas japoneses, y los torpederos otros tres.

Grumman F4F-4 "Wildcat"
Un Wildcat a punto de despegar. Se puede apreciar el depósito ventral de combustible, que si bien alargaba la autonomía del avión, imposibilitaba las maniobras de combate y tenía que ser arrojado si llegaba el caso.

Entonces, llegaron al combate los cuatro Wildcat de Flatley y, de inmediato, otro Zero se precipitó al mar. Debía de ser el sexto, aunque en realidad los japoneses solo perdieron cuatro en este combate, y un quinto resultó muy dañado. Para entonces, los aparatos de Hidaka habían agotado su munición e iniciaron el vuelo de vuelta a sus bases. Las bajas reales norteamericanas, a cambio, eran de cuatro Wildcat (los de Leppla) y cuatro Avenger, aunque también los Wildcat de Flatley iban a ser baja a efectos prácticos, pues habían arrojado sus depósitos suplementarios de combustible antes de entrar en la refriega y ya no tenían autonomía suficiente como para ejecutar la misión.

1 comentario en «La batalla de Santa Cruz (XII). Dogfight.»

  1. Supongo que en combates que duraban a penas unos segundos era complicado apreciar si realmente se había derribado al enemigo o no. Pero dado lo inferior que era el wildcat que el combate resultara tan parejo no deja de ser sorprendente.

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