Australia salvada – Una leyenda de la segunda guerra mundial

La entrada en guerra de Japón provocó una crisis de inmensas proporciones en el indefenso país austral, crisis que se agudizó siguiendo el ritmo de avance hacia el sur de las fuerzas armadas niponas. El primero objetivo en caer fue Rabaul, en Nueva Bretaña, en el extremo norte de la cadena de las islas Salomón, era el 23 de enero. Poco más de dos semanas después, el 15 de febrero, las tropas del General Yamashita conquistaban Singapur, iniciando un amenazante movimiento en pinza que empezó a proyectarse hacia Australia desde dos direcciones: por el este, mediante el bombardeo de Darwin el 19 de febrero, y el de Broome el 3 de marzo, poco antes de que el día 12 se completara la ocupación de Java; y por el este, con la ocupación de Lae y Salamaua (en Nueva Guinea) entre el 8 y el 13 de marzo.

La gran base de Rabaul se convirtió en el principal bastión japonés en el pacífico sur.

La localidad de Port Moresby se convirtió de inmediato en un objetivo vital. Para los japoneses era la mejor base desde la que lanzar la ocupación del continente, y para los australianos, la última posición defensiva fuera de la isla propiamente dicha. La lucha por la localidad provocó dos batallas muy señaladas: una de las batallas navales más conocidas de la guerra, la Mar del Coral (4 a 8 de mayo); y una de las campañas terrestres más desconocidas, la de la pista de Kokoda (entre julio y noviembre de 1942).

«Lady Lex» en llamas. Fue el primer gran portaaviones perdido por los estadounidenses durante la guerra.

Fue la primera de estas batallas la que más alivió a los ciudadanos australianos, ya que aunque puede considerarse que las pérdidas estuvieron equilibradas (los estadounidenses perdieron el Lexington, mientras que los japoneses solo perdieron el Shoho –un portaaviones de escolta- y sufrieron graves daños en el Shokaku), la victoria estuvo de su parte, pues la flota de invasión de Port Moresby tuvo que retirarse. Tras el fracaso del ataque por mar, los japoneses decidieron intentarlo de nuevo por tierra, cruzando la cadena de los Montes Owen Stanley de norte a sur. En una campaña muy desconocida, incluso para los propios australianos de la época pues la censura de la prensa fue férrea, y tras haber estado a punto de alcanzar la victoria, los japoneses fueron derrotados, nunca llegarían a Port Moresby. ¡Australia estaba salvada!

Sin embargo. ¿Estuvo alguna vez en peligro? ¿Tuvieron en algún momento los japoneses la intención de invadir la isla?

Hideki Tojo.

Antes de su ejecución en 1948, Hideki Tojo, ex-general y Ministro de Guerra del Japón, contestó, en una entrevista, a esta misma cuestión: “Nunca tuvimos tropas suficientes para ello… No teníamos ni la fuerza militar ni la capacidad de abastecimiento suficiente para llevar tan lejos nuestras ya muy extendidas y dispersas tropas. Esperábamos ocupar toda Nueva Guinea, mantener la base de Rabaul y lanzar ataques aéreos contra el Norte de Australia, pero una invasión física no, nunca.”

La mejor base desde la que lanzar estos ataques aéreos era Port Moresby, por eso la flota nipona sufrió su primer revés al intentar conquistar la localidad, y sus tropas terrestres acabaron por desangrarse en las montañas de Papúa, pero Australia, la isla en sí, nunca corrió el peligro de ser invadida. La amenaza de invasión de Australia no es más que otra leyenda de una guerra llena de ellas.

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2 comentarios en «Australia salvada – Una leyenda de la segunda guerra mundial»

  1. Pero eso no lo sabían los australianos en aquellos tiempos. La batalla de Midway también ayudó. Porque a partir de esa batalla la capacidad de lanzar ofensivas estaba muy limitada para los japoneses.

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  2. Es cierto que no lo sabían, aunque una comparación cuidadosa del tamaño del país con la fuerza atacante japonesa hubiera debido darles alguna pista.
    Pero las leyendas no solo se levantan, sino que también se perpetúan, y esta ha sido muy repetida por los historiadores, sobre todo por aquellos que se basaron en los informes de McArthur, que no tuvo empacho ninguno en considerarse el salvador del país.

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