Fusiles ametralladores de la Guerra Civil (III): Breda M30

Las armas producidas por Italia en el periodo de Entreguerras nunca han tenido buena fama entre los aficionados y expertos militares. Un diseño que recibió innumerables críticas fue el fusil ametrallador Breda M30, el cual fue utilizado de forma abundante por el bando sublevado; sobre todo por el C.T.V (Cuerpo de Tropas Voluntarias) italiano que lo portaban como arma de apoyo reglamentaria.

Perfil de fusil ametrallador Breda M30

El Breda M30 tiene un diseño interesante pero complejo. Su forma ya es de por sí extravagante con unas líneas estilizadas que la hacen parecer un tanto grácil. El cargador era plegable y se recargaba mediante peines especiales que introducían veinte cartuchos en el mismo. Asimismo, el cañón del Breda M30 era cambiable, algo que compartía por ejemplo con la Bren británica. Finalmente, los mecanismos interiores necesitaban estar bien lubricados para un óptimo funcionamiento de la máquina. En estas características se encuentran las mayores debilidades de este fusil ametrallador.

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Acción de retirada en Corea (XXIV) – El embalse de Chosin (IX)

Un grupo de oficiales y hombres decidió que esperarían donde estaban. La noticia de su situación, argumentaron, debe haber llegado para entonces a Hagaru-ri. Sin duda, la ayuda llegaría pronto. Esperaron una hora más o menos hasta que la retaguardia de la columna comenzó a sufrir disparos de armas ligeras y morteros. Entonces decidieron huir. El teniente Campbell seguía colgado de uno de los camiones. «Nunca lo lograremos», pensó.

Mientras la columna avanzaba por la aldea, moviéndose lentamente, el fuego enemigo mató a los conductores de los tres primeros camiones. La columna se detuvo y una ametralladora enemiga la acribilló inmediatamente a quemarropa. Saltando de la compuerta del tercer camión, el teniente Campbell se dirigió hacia el lado derecho del camino donde un terraplén lo separaba de una pequeña parcela de tierra cultivada a ocho o diez pies de profundidad. En la oscuridad sólo podía ver los contornos de los camiones en la carretera y los destellos de una ametralladora disparando desde una colina en el lado opuesto de la carretera. Apoyándose en el terraplén, disparó su carabina a los destellos de la ametralladora.

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La retirada de Annual y el asedio de Monte Arruit – Luis Rodríguez de Viguri Seoane

Con motivo del centenario del Desastre de Annual, Ediciones Salamina ha publicado su tercer Cuadernos de Salamina rescatando del olvido un documento célebre de su tiempo. La defensa que hace Luis Rodríguez de Viguri del general Navarro por su actuación en el desastre y los sucesos de Monte Arruit, del que sigue un extracto:

El telegrama en que el General Silvestre daba cuenta de que comenzaba la evacuación de Annual determina al General Navarro a volver al frente, donde juzgó estaba su puesto de honor, y si bien desconociendo la muerte del Comandante general, sospechaba fundadamente que éste insistiría en la orden que le había dado el día anterior, y tendría, por tanto, que regresar en la misma noche a Melilla, previene al Coronel más antiguo de que debía encargarse del mando accidental de la Plaza y emprende la marcha con el Jefe de la sección de campaña, Comandante Simeoni, y el Capitán de Estado Mayor Sánchez Monje, a quienes acompañaba uno de los Ayudantes del General Silvestre, que, preocupado por su suerte, quería incorporarse a su Cuartel general.

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Acción de retirada en Corea (XXIII) – El embalse de Chosin (VIII)

De vuelta al puente volado, la columna se movía tan rápido como los semiorugas podían arrastrar los camiones a través de la carretera de circunvalación. El oficial del batallón de vehículos (Teniente Hugh R. May) estaba en la carretera supervisando la operación, parecía despreocupado por el fuego enemigo, que seguía siendo intenso mientras hubiera hombres y camiones en el control de carretera.

Fue a última hora de la tarde cuando el último camión cruzó. Cuando el teniente Mortrude recuperó la conciencia en la ladera de la cresta, notó que tropas amigas se movían por la colina en el área al sur del puente volado. Un socorrista (el cabo Alfonso Camoesas) pasó y le vendó la cabeza. Entonces Mortrude tropezó con la línea de la cresta, dejando atrás a muchos americanos muertos y heridos en la ladera. Aturdido y en estado de shock, siguió a un grupo de hombres que podía ver vagamente delante de él. El grupo se dirigió hacia el embalse y caminó hacia el hielo.

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Medalla de Honor – John L. Levitow

Nació el 1 de noviembre de 1945 en Hartford, Connecticut. Inicialmente planeó alistarse en la Marina porque pensaba que en el ejército y en los Marines lo harían caminar mucho. Pero cuando fue a alistarse los reclutadores de la Marina tenían mucha cola, así que se cambió de cola y solicitó su ingreso en la Fuerza Aérea.

En 1966 comenzó su instrucción básica y luego se especializó en electricidad. Su primer destino fue la base de MacGuire en Nueva Jersey. Más tarde pasó los cursillos para hacerse jefe de bodega y sirvió en ese puesto durante un tiempo en los C-130 Hércules. En julio de 1968 fue enviado a Vietnam, donde se unió a la 3.ª Escuadrilla de Operaciones Especiales, que operaba cañoneros AC-47 en la base de Nha Trang. Estos cañoneros eran aviones de transporte C-47 modificados a los que se les habían montado en los laterales ametralladoras Gatling de 7,62 mm. Su misión era proporcionar fuego de apoyo a las tropas terrestres norteamericanas y vietnamitas cuando entrasen en contacto con el enemigo.

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Marruecos. Las etapas de la pacificación. Desembarco de Alhucemas y campañas de 1926 y 1927

Con motivo del centenario del Desastre de Annual acaba de publicar Ediciones Salamina un clásico de la literatura de Historia Militar española. El relato de las campañas de pacificación del protectorado desde el desembarco de Alhucemas a las campañas de los años 1926 y 1927 contadas por el general Goded, jefe del estado mayor del general Sanjurjo y testigo de excepción. Transcribimos el prólogo del libro, en el que el propio Goded expone los objetivos perseguidos en el libro:

Mucho he vacilado antes de decidirme a ordenar mis notas y recuerdos de la campaña de Marruecos y darlas a conocer al público. Mi costumbre del método en el trabajo me guio, sin intención preconcebida, a llevar siempre mis cuadernos diarios y personales en campaña, y a reunir y catalogar gran número de documentos, datos y recuerdos. No pensé nunca en su publicación, pues sólo para mí creí tenían interés, y porque la actividad de mi vida militar en los últimos años no me dejó espacio para pensar en ello; pero hoy, pasado el tiempo, con más calma y espacio en mi labor diaria, e impulsado también por familiares y amigos, me decido a la publicación de este trabajo.

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Acción de retirada en Corea (XXII) – El embalse de Chosin (VII)

El coronel Faith decidió intentar salir del perímetro y llegar a Hagaru-ri en un solo intento, en lugar de arriesgarse a pasar otra noche en el lugar donde se encontraba. Planeó iniciar la fuga alrededor de las 13:00 para que coincidiera con el ataque aéreo.

Ordenó a las baterías de artillería y a la Compañía de Morteros Pesados que dispararan toda la munición restante antes de ese momento y que luego destruyeran sus armas.  Colocó al 1er Batallón, 32º de Infantería, a la cabeza, seguido del 57º Batallón de Artillería de Campaña, la Compañía de Morteros Pesados y el 3er Batallón del 31º de Infantería. Los vehículos semioruga de la Batería D, 15º Batallón de Armas Automáticas antiaéreas, se intercalaron por toda la columna. Para minimizar el peligro de un ataque enemigo, el coronel Faith quería que la columna fuera lo más corta posible, sólo vehículos suficientes para transportar a los heridos. Todos los demás hombres caminarían. Los vehículos, equipos y suministros que no pudieran ser transportados, o que no fueran necesarios para el traslado, ordenó que fueran destruidos. Los hombres seleccionaron veintidós de los mejores vehículos -camiones de 2,5, 3/4 y 1/4 toneladas- y los pusieron en fila en la carretera. Drenaron la gasolina de los otros vehículos y llenaron los tanques de los que se iban a llevar. Luego destruyeron los vehículos restantes con granadas de fósforo blanco o termitas.

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