Este testimonio del artillero Douglas Lyne, de veinte años, que sirvió en el 57.º Regimiento de la Artillería Real (X Cuerpo de Ejército) durante la batalla de Monte Cassino, nos ofrece un singular e interesantísimo testimonio sobre cómo vieron la destrucción del monasterio de Monte Cassino los soldados de a pie, en este caso un artillero.
Baste decir que a finales de enero principios de febrero no se había hecho progreso alguno para la toma de Monte Cassino, sin lo cual era imposible avanzar hacia Roma. Fue entonces cuando mi regimiento de artillería fue enviado al frente, para apoyar a la 201.ª Brigada de Guardias. El monasterio se alzaba a unos 450 m de altitud, y debíamos encontrar un puesto de observación que estuviera al menos a 750 m.