En un lugar llamado Küstrin (VIII). fin III/1945. Planes definitivos.

Tras el fracaso del contraataque destinado a reabrir el corredor, la fortaleza de Küstrin se vio sometida a un cerco cada vez más estrecho y terrible. Su destino había quedado sellado. Podría decirse que el primer acto del fin tuvo lugar durante la noche del 26 al 27 de marzo, cuando el 303.er Batallón de Fusileros, que defendía Neu Bleyen con un cañón de flak de 88 mm y tres piezas de artillería autopropulsada, abandonó la posición y se retiró hasta Kuhrbrücken Vorstadt, que estaba siendo atacada por los soviéticos desde Neu Bleyen.

Vasily Chuikov. Esta fotografía corresponda a su etapa como jefe del 62.º Ejército.

A partir del 28, la propia fortaleza se vio sometida a un intenso ataque de cazabombarderos, que se intensificó al día siguiente. Sin embargo, se trataba de un objetivo difícil, el propio general Chuikov escribió sobre este objetivo:

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En un lugar llamado Küstrin (VII). fin III/1945. Testimonio del contraataque.

Sobre los combates que narramos en la entrada anterior se conservan algunos testimonios especialmente interesantes, como el del Major von Lösecke, del 90.ª Regimiento de Panzergrenadier.

Soldados alemanes al ataque. Esta foto no ha sido tomada en el sector de Küstrin

“El 27 de marzo, el 2.º Batallón se dirigió a la zona de reunión, al este de Golzow, mientras el 1.º se mantenía en el lado oeste del pueblo, listo para seguirlo y desplegarse por su derecha. El batallón de Tiger se puso en marcha a las 3.00 horas, y comenzó el ataque. Tenía mi puesto de mando en un edificio situado justo al este de la estación de Golzow, pues era lo más práctico desde el punto de vista de las comunicaciones, ya que desde allí podía llegar rápidamente a todos los elementos del regimiento, así como hasta la artillería, los carros de combate o la División, mientras se desarrollaban los combates.

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En un lugar llamado Küstrin (VI). fin III/1945. El contraataque.

Son las 4.00 horas del 27 de marzo de 1945 y los alemanes están a punto de desencadenar una de sus últimas contraofensivas de la guerra, a la que, por cierto, le quedan más o menos cinco semanas. El objetivo: reabrir el corredor que comunica la ciudad de Küstrin, sitiada el pasado día 23, con el escaso territorio que le queda ya al Reich de los mil años. El asalto se llevará a cabo utilizando como eje la línea de ferrocarril que va de Werbig a Küstrin, y en el centro del despliegue alemán progresarán la 20.ª División de Panzergrenadier y la Führer Grenadier Division, que deberán llegar hasta el río en un sector que va desde el propio puente de ferrocarril hasta el Kalenziger Bunst (un ramal del río Oder frente a Genschmar).

Un cazacarros Hetzer. Su perfil bajo y potente cañón lo convirtieron en un arma mortal.

En el extremo norte atacó el Kampffgruppe 1001 noches, con un total de 390 hombres y 49 cazacarros Hetzer. Una fuerza impresionante, sin embargo, parece que los blindados llegaron tarde al punto de partida pues tenían que cruzar bajo un túnel de ferrocarril intensamente batido por la artillería soviética. Una de las tres compañías que formaban esta unidad consiguió llegar muy cerca de Genschmar, donde al amanecer empezó a sufrir un fuego muy intenso, y tuvo que retirarse. En total, el 1001 noches perdió 25 Hetzer, y fueron baja 51 muertos, 336 heridos y 21 desaparecidos (estas cifras suman más de los 390 hombres iniciales, pero a estos hay que sumar los 196 tripulantes de los blindados).

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En un lugar llamado Küstrin (V). III/1945. Planes de contraataque.

El cierre del corredor de Küstrin, los días 22 y 23 de marzo, gracias a los ataques convergentes del 8.º Ejército de Guardias y el 5.º Ejército de Choque, tal y como hemos narrado en la entrada anterior, suponía la condena de la fortaleza si las fuerzas desplegadas en el exterior no hacían algo por evitarlo. La doctrina militar alemana de la época insistía mucho en la defensa activa, en reaccionar al instante antes de que el enemigo tuviera ocasión de fortificar las posiciones ganadas, un planteamiento que, por curioso que pueda parecer, era fundamental en caso de enfrentamiento contra el Ejército Rojo durante la segunda mitad de la guerra, pues cuando este se instalaba en una posición, echarlo resultaba extraordinariamente difícil. Por ello, los alemanes desencadenaron un primer contragolpe en la noche del 23 al 24, que sin embargo no tuvo éxito.

Tropas alemanas en retirada hacia el oeste del Oder

Se inició entonces un proceso de toma de decisiones que puso en contra al Noveno Ejército y Grupo de Ejércitos del Vístula, por un lado, y al OKH Y OKW por otro. Los primeros, tal vez más al tanto de la situación real sobre el terreno, tenían como objetivo abrir de nuevo el corredor para facilitar la retirada de la guarnición y luego volver al frente establecido por los soviéticos el día 23, antes de iniciar un nuevo ataque con el fin de acabar con la cabeza de puente del Quinto Ejército de Choque en el lado oeste del Oder, al norte de Küstrin.

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En un lugar llamado Küstrin (IV). III/1945. Cae el corredor.

Tras la caída de la ciudad nueva, al este del río Warthe, los soviéticos cambiaron su objetivo y decidieron que, antes de conquistar la ciudad vieja y la isla, lo mejor era cerrar el corredor que comunicaba Küstrin con el resto del territorio todavía dominado por las fuerzas armadas alemanas.

Elementos de la Div. Panzer Muncheberg

Para conseguirlo, Zhukov ordenó a sus dos ejércitos sobre el terreno que ejecutaran un ataque desde el norte y el sur, pero no directamente hacia el corredor, sino hacia su punto de partida al oeste. El 5.º Ejército de Choque debía enviar dos divisiones de fusileros, reforzadas –60.ª de Guardias y 295.ª de fusileros, del XXXII Cuerpo–, en dirección a Golzow (una), y desde Alt Bleyen a Gorgast (la otra). Su objetivo era atravesar las líneas alemanas en las regiones de Genschmar y Alt Bleyen, pero detenerse antes de conquistar Golzow propiamente dicha. Desde el sur, el 8.º Ejército de Guardias atacaría hacia el noroeste y avanzaría hasta las localidades de Golzow, Alt Tucheband y Hathenow, con un ataque subsidiario hacia Kietz. Esta fuerza también iba a disponer de dos divisiones de fusileros, reforzadas –47.ª y 57.ª divisiones de fusileros de la guardia–, para cumplir con su misión.

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En un lugar llamado Küstrin (III). III/1945. La ciudad nueva

Si el mal tiempo en la región de Küstrin tuvo el efecto positivo de retrasar el ataque del 5.º Ejército de Choque de Berzarin, tuvo, por otro lado, un efecto negativo, permitir que este coordinara su acción con el 8.º Ejército de la Guardia de Chuikov. El 7 de marzo, tres regimientos de esta formación iniciaron un ataque contra Kietz desde el sur que iba a durar varios días, informándose el 9 de que en la acción estaba combatiendo un batallón de Seydlitztruppen, soldados alemanes que se habían pasado a los soviéticos y que recibían este nombre por la figura del general Walther Kurt von Seydlitz-Kurzbach, comandante en jefe del LI Cuerpo de Ejército, quien una vez capturado por los soviéticos en Stalingrado se había convertido en el líder del Comité Nacional para la Alemania Libre. El 11, los soviéticos se hicieron por fin con el pueblo, pero no pudieron tomar el puente sobre el canal Vorflut, y por consiguiente no lograron cortar las comunicaciones de Küstrin con el exterior.

Un cañón de asalto soviético cruza un río cerca de Küstrin

Mientras se llevaba a cabo este ataque principal, Chuikov desencadenó varias acciones de distracción en el sector sur del corredor y, más interesante todavía, una especie de operación de comandos a cargo de un grupo de soldados del 1038 Regimiento de Fusileros que, a las 2.30 horas, descendieron el Warthe en botes con el fin de establecer una cabeza de puente en la orilla sur de la ciudad nueva. Fueron, sin embargo, descubiertos, y ahuyentados por un denso fuego.

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En un lugar llamado Küstrin (II). Bombardeos. II/1945

Batalla de baja intensidad, si es que puede existir tal cosa, fue lo que se dio en torno a Küstrin y el corredor de seis kilómetros de largo y entre tres y cinco de ancho que unía la ciudad con el resto del mundo. El Ejército Rojo aún no tenía prisa. Poco a poco se iban concentrando medios en el frente, y con la Conferencia de Yalta (4 a 11 de febrero de 1945) en desarrollo, Stalin no había sufrido todavía el ataque paranoico que iba a obnubilarlo después, cuando tras el reparto de las zonas de influencia en Europa, decidió que los aliados occidentales querían engañarlo y empezó a fustigar a sus comandantes para que tomaran Berlín lo antes posible, y antes de Berlín, estaba Küstrin.

La defensa de Küstrin

El 18 de febrero, el bombardeo destruyó el puente de carretera que cruzaba el río Warthe y unía la ciudad vieja con la nueva. Nada grave, pues pudo ser reconstruido por los ingenieros aquella misma noche, cubriendo la estructura con planchas de modo que los vehículos volvieran a circular sobre él. Lo que no pudieron reconstruir, sin embargo, fue la tubería de agua que suministraba la ciudad vieja, tal vez el mejor bastión defensivo, que a partir de entonces iba a depender de las desuetas bombas que había en su interior. Tal vez a consecuencia de esto, y en un gesto extraño para el Reich, en las dos noches siguientes se dio la orden de evacuar a los civiles. Tampoco hay que hacerse ilusiones, por aquel entonces el término “civiles” excluía a hombre capaz de portar armas. Pronto hablaremos de la guarnición, pero vamos a fijarnos un poco en los soviéticos.

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