La toma de Steenwijk por Francisco Verdugo (1582)

A continuación extracto un fragmento del capítulo Operaciones especiales de mi último libro Los tercios en combate. Acciones y batallas de la mejor infantería del mundo con una curiosa forma de proceder y un final inesperado.

En el mes de noviembre de 1582, tras el prolongado y duro sitio de Lochem, Francisco Verdugo se dirigió al castillo de Lingen, donde había dejado a su familia como gesto de buena voluntad por unos quintales de pólvora que había necesitado para el sitio sin haberlos podido pagar. Una vez allí, el drosarte de Coevorden, que andaba por allí de visita, le comentó a Verdugo que la villa de Steenwijk la tenían los rebeldes muy mal aprestada y guarnecida, y que se podía tomar fácilmente por asalto.

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Viento divino – El fenómeno kamikaze japonés (XXVII). Ataque de las Ohka al 58 Grupo de Combate (I)

El entrenamiento en Konoike fue llevado a cabo con ritmo frenético, alentados los aspirantes por las visitas del alto mando. El almirante Toyoda , jefe del estado mayor general naval y el almirante Nagano, llegaron el 1 de diciembre, seguidos del ministro de la Marina, almirante Mitsumasa Yoani el 3 de diciembre.

El almirante Toyoda animó a los pilotos de las Ohka a combatir la superioridad material del enemigo con su fuerza espiritual, y regaló a cada hombre un hachimaki blanco con la ideografía de la Jinrai Butai y una espada corta en la que iba grabado el nombre de cada piloto. A primeros de enero, cuando se hicieron los preparativos para trasladarse a una base de operaciones en Kanoya, al sur de Kyushu, los pilotos del cuero viajaron a Tokio para rezar por el éxito en el santuario de Yasukuni, en el de Meiji y en la parte exterior del Palacio Imperial.

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Viento divino – El fenómeno kamikaze japonés (XXVI). El Shinano y el fin del despliegue de las Ohka

La velocidad a la que fueron entrenados los primeros voluntarios de las Ohka puede desprenderse de los planes iniciales para el despliegue de combate de estas armas. El 28 de noviembre de 1944, el Shinano, uno de los últimos portaaviones en entrar en servicio, zarpó de la bahía de Tokio con rumbo al área de maniobras de la flota de Matsuyama, cerca de Kure.

Comenzado como el tercer superacorazado de la clase Yamato, el Shinano fue convertido en portaaviones en pleno proceso de construcción. En su botadura el 8 de octubre de 1944 desplazaba 77.755 toneladas y tenía una eslora de 266 metros y una pista de 256 metros de longitud. Fue el más grande y mejor protegido portaaviones de la Segunda Guerra Mundial. Se pretendía que fuese un «portaaviones de suministro» y llevaba solo 47 aviones como grupo aéreo para su propio uso operacional.

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Tercios de España – «Dar un Santiago», los asaltos a posiciones fortificadas.

Así lo refiere don Sancho de Londoño, maestre de campo del Tercio de Lombardía, en su crónica de la campaña del duque de Alba de 1568 en Flandes, tratada en profundidad en mi último libro Los tercios en combate.

Recreación de Slag om Grolle

Ocurrió en la acción del río Gette, mal conocida y mal llamada «Batalla de Jodoigne», pues ni fue una batalla ni ocurrió en Jodoigne. En el seguimiento controlado que hacía el duque de Alba con su ejército de las tropas de Guillermo de Orange, que se habían internado en los Países Bajos y vagaban sin oficio ni beneficio por las campiñas de Flandes, encontró el general español la oportunidad de atacar al contingente rebelde aprovechando que cruzaba un riachuelo. El vado de la ribera estaba defendido por posiciones fortificadas de arcabuceros. Un escuadrón de caballería de reitres rebelde defendía la retaguardia del paso cuando llegó la caballería real a escaramuzar. Detrás venían las avanzadillas de arcabuceros.

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Viento divino – El fenómeno kamikaze japonés (XXV): el Cuerpo del Rayo Divino

El personal de las operaciones con Ohka fue reclutado en las filas de las unidades navales y aéreas, en cuyos cuarteles aparecieron en agosto de 1944 carteles publicitarios que urgían a los hombres a prestarse voluntarios para operaciones de «ataques especiales».

Aunque no se ocultaba la naturaleza suicida de las misiones, los voluntarios fueron numerosos. Incluso después de descartar a hombres casados, de edad más avanzada, Aunque no se ocultaba la naturaleza suicida de las misiones, los voluntarios fueron numerosos. Incluso después de descartar a hombres casados, de edad más avanzada, hijos únicos o con grandes responsabilidades familiares, aún quedaron 600 voluntarios. El 1 de octubre de 1944, precediendo a la formación de las primeras escuadrillas kamikaze en unas tres semanas, se creó el 721.er Kokutaki (Cuerpo Aéreo de la Marina) – apodado Jinrai Butai, el Cuerpo del Rayo Divino en la base aeronaval de Hyakurigahra en la isla de Honshu.

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Viento divino – El fenómeno kamikaze japonés (XXIV): Bombas pilotadas. El origen de la Ohka

La única aeronave diseñada específicamente para las misiones suicidas que llegó a estar plenamente operativa en la Segunda Guerra Mundial fue la Yokosuka MXY7 Ohka [Flor de Cerezo]de la Marina Imperial japonesa, que los Aliados llamaron la bomba baka [idiota]. El aparato, un misil pilotado, fue conocido también en Japón como el Jinrai [rayo divino].

El origen de la Ohka se le atribuye a un oficial subalterno, Ens Mitsuo Ohta, un piloto de transporte de. 405.º Grupo Aéreo de la fuerza aérea de la Marina. Como en el caso de otras armas suicidas, el alto mando opuso en un primer momento una resistencia simbólica. Pero cuando los diseños preliminares de Ohta y el Instituto de Investigación Aeronáutica de la Universidad de Tokyo fueron entregados en el Dai-Ichi Kaigun Koku Gijitsusho (Primer Arsenal Aerotécnico Naval) en Yokosuka, se tomó rápidamente la decisión de continuar delante con el desarrollo del arma. Debe destacarse que la aprobación del proyecto y la recluta de personal comenzaron en agosto de 1944, unos dos meses antes de la formación de las primeras escuadrillas kamikaze «oficiales» por parte del almirante Onishi.

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Batallas navales – 1676 Augusta (II)

Para la mañana del 9 de enero, pese a no estar en condiciones de atacar, Duquesne podía dar gracias a Dios de haber salvado el convoy y de que de Ruyter no pareciese mostrar intenciones de continuar infligiéndole daños.

Ambos bandos fueron reforzados, Duquesne por diez naves de Mesina y de Ruyter por seis españolas que de Ruyter estimó de poco valor. El almirante holandés todavía impedía el paso a su oponente por el estrecho, y Duquesne, tras algunos días de maniobras y bordadas, se mantuvo a distancia hacia eloeste, siendo obligado a circunnavegar la isla de Sicilia antes de poder alcanzar la seguridad de Mesina.

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